Una de las ponencias con mayor acogida de los últimos meses ha sido la que impartió en el CMU Pío XII el día 13 de marzo, Rosa Díez, fundadora de UPyD y promotora de Basta Ya, cuyo trabajo en política y en la sociedad civil se ha centrado en hacer memoria de las víctimas de ETA y de aquellos que lucharon contra la intolerancia.
Su ponencia, con el título, “Ciudadanos frente a ETA. Historia de una rebelión democrática” tuvo mucho de pedagogía, de recuerdo y de homenaje a todos aquellos que han muerto o han tenido que huir del País Vasco por defender la libertad. Algo que cuenta magistralmente en su último libro “Maquetos”, un testimonio en primera persona de lo que supone ser casi expulsado de la sociedad vasca por no ceder al chantaje terrorista.
Y es que, aunque nuestros jóvenes no han conocido lo que supone el azote del terrorismo, la fundadora de UPyD quiso aclarar, en primer lugar, los falsos mitos que existen en mucha gente joven en este momento, que piensan que ETA forma parte del pasado y que existió para combatir la dictadura. “Su principal objetivo era impedir que la Constitución tuviera una oportunidad y que en España hubiera una democracia”, dijo. De hecho, añadió, aunque hoy haya dejado de matar sigue teniendo, desde las instituciones, el objetivo de acabar con el sistema constitucional.
En su intervención denunció cómo “en la España que desentierra a Franco y hace leyes de memoria histórica para borrar la historia real”, un tercio de los 857 asesinatos siguen sin ser juzgados y sus familiares aun no saben quién les mató. También relató cómo el silencio y el mirar para otro lado se impuso en la sociedad vasca en aquellos años, mientras un nutrido grupo de personas, entre las que se encontraba Fernando Buesa, el excolegial del Pío XII asesinado por ETA el 22 de febrero del año 2000, arriesgaba su vida por defender la libertad.
La conferencia de Rosa Díez se sitúa dentro de un ciclo de encuentros dedicado a recordar la figura del político vasco, que fue asesinado junto a su escolta, el ertzaina alavés Jorge Díez Elorza, cuando caminaba por el campus de Vitoria de la Universidad del País Vasco. ETA hizo estallar un coche-bomba cargado con 20 kilos de explosivos a su paso, tratando con ello de golpear también a las instituciones democráticas.
Rosa Díez que compartía con Buesa, no solo siglas sino también una gran amistad, recuerda aquel fatídico momento como un día de infamia en el que apagaron la voz de aquel que defendió la libertad con la palabra, que es la herramienta fundamental de la convivencia.
