Arranca el cuidado del huerto ecológico después del parón del verano
Una quincena de colegiales sigue con atención las explicaciones de Juan, del proyecto cultivarte, que les está enseñando cuáles son los principios del compostaje. Esta es la tercera sesión de la actividad del huerto ecológico después del parón del verano. Durante las dos primeras, los jóvenes han quitado la huerta estival y han limpiado el terreno de hierbas silvestres para iniciar los cultivos de otoño e invierno. Ya han plantado habas, acelgas, lechugas, coles, brócoli y rúcula. En unos días también sembrarán ajos y guisantes. “Con la práctica, aprenden técnicas de cultivo, porque no es lo mismo sembrar ajo, que es el diente entero lo que se entierra, que habas, que son del tamaño de una uña del dedo gordo”, explica Juan. Aunque asegura que el aprendizaje va más allá: Se trata de darles una educación ambiental a través de la actividad del huerto ecológico. “Están viendo como el ecosistema se mantiene en equilibrio, cómo funciona la naturaleza, cómo cultivan sus alimentos que luego se comen en una ensalada”, asegura Juan.
La tercera sesión versó sobre el compostaje, una técnica mediante la cual se devuelve la materia orgánica al suelo. Los residuos que más se generan en los hogares son los orgánicos. Mediante el compostaje, se convierten en fertilizantes. Los jóvenes fueron a por los restos de vegetales crudos que habían sobrado en la cocina del comedor de la Fundación Pablo VI y los llevaron a la compostera. El proceso en el que la materia orgánica se convierte en fertilizante suele durar entre 3 y 8 meses. “Probablemente utilicemos estos residuos ya para el curso que viene”, explica Juan.
El interés y las ganas por aprender caracterizan a los colegiales que se acercan a trabajar el huerto ecológico y a escuchar a Juan, de cultivarte, un proyecto de educación ambiental con el que el Colegio Mayor Pío XII lleva colaborando durante 3 cursos. “La evolución de los chicos se nota a medida que va pasando el curso”, asegura Juan, basándose en su experiencia de los dos primeros años. “Al principio hasta les da un poco de asco tocar la tierra y al final se manchan las manos sin problemas y se dan cuenta de la importancia de la alimentación y la ecología”. Además, a través de la actividad en el huerto ecológico también se generan espacio de encuentro y se aprende a trabajar en equipo.