Acto de clausura del curso 2021-22

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 Con el acto académico de final de curso 2021-22 que tuvo lugar el 23 de abril se han dado por finalizadas las actividades de un año lleno de éxitos y aprendizaje en el ámbito deportivo, formativo, cultural, académico y personal de los colegiales del Pío XII, que tras dos años duros por la pandemia, se ha podido volver a celebrar con normalidad.

Tras un minuto de silencio por las víctimas de la guerra de Ucrania y del terrorismo de ETA y un recuerdo especial a Fernando Buesa, excolegial asesinado por ETA en el año 2000 receptor de la beca de honor a título póstumo, el director del Colegio Mayor, Pedro Sainz de Baranda, inició su discurso con un agradecimiento a los colegiales por “tener siempre la ilusión de hacer vuestro Mayor cada día mejor” y por “querer vivir la vida universitaria al 100 por cien”.

Gonzalo Pérez

La memoria del curso corrió a cargo de Gonzalo Pérez, coordinador de régimen interno y uno de los estudiantes más comprometidos con las actividades colegiales, como han sido el debate, el deporte, la solidaridad y los encuentros con personalidades de distinto signo, (el entrenador Pepu Hernández; la consejera de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz; el consejero de presidencia, justicia y Turismo de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y un largo etcétera). Tras este repaso, el colegial, que este año finaliza su estancia en el Pío XII, quiso hacer entrega en nombre de todos sus compañeros de la beca al director Pedro Sainz de Baranda, por su tercer año de estancia en el Pío XII.

Pedro Sáinz de Baranda

“Es un lujo poder formar parte de toda una generación, así como poder ponerme la beca el mismo día que vosotros”, agradeció el director con sus palabras, antes de hacer entrega de la beca de honor a título póstumo al político Fernando Buesa, que formó parte de la vida del Colegio Mayor en los años 70 y que fue asesinado por ETA en el año 2000.

Recuerdo a “un hombre de paz”

Todo el auditorio en pie acompañó con una larga ovación las emotivas palabras de su hermano Mikel Buesa, que recogió la beca con una emoción profunda y agradecida en su nombre y el de su familia. Fernando “era un político inusual, con una vocación al servicio público incansable; había que convencerle con argumentos porque hacía de la política un proceso de discusión vocacional”, dijo en su discurso. Y fue, precisamente, su valentía y la coherencia con sus convicciones lo que le llevó a ponerse en el punto de mira de los terroristas. Su postura contra la autodeterminación fue siempre firme, como lo era su rechazo a ETA, sin miedo a exponerse o a caminar hasta la sede del partido socialista a pie: “no abdicaremos nunca del compromiso por la responsabilidad y la lealtad al estado democrático que es España”, dijo Mikel Buesa recordando sus palabras.

En su tumba se puede leer esta frase: “fue un hombre de paz que siempre defendió la libertad de todos por medio de la palabra”. Espero, concluyó dirigiéndose a los colegiales, que veáis en Fernando “no solo el recuerdo de una época de la historia, sino toda una fuente de inspiración”.

Mikel Buesa

El siguiente homenajeado fue el emblemático locutor deportivo y antiguo alumno de la Escuela de Periodismo de la Iglesia, José María García, a quien se le impuso también la beca de colegial de honor. En su discurso, aunque quiso aclarar que para él cualquier tiempo pasado no fue mejor, lamentó la “degradación de la política y el periodismo” que se vive en el momento actual. “Vivimos en un país sin políticos brillantes, sin justicia independiente y sin prensa plural porque mandan los CEO”, dijo, denunciando la precariedad que se vive en el periodismo, lo que impide que haya una prensa libre. A pesar del pesimismo que denotaba su discurso, quiso finalizar con un mensaje optimista para los colegiales, animándoles a “luchar entre todos por un futuro y un país mejor” y a aprovechar la etapa universitaria “como uno de los mejores momentos de la vida”.

Jose María Garcia

Además del reconocimiento a estas personalidades, los colegiales del Pío XII quisieron otorgar la beca de honor a María del Rosario Prieto, más conocida como Mari, tras 45 años de trabajo en el servicio de limpieza del centro. Su beca es el reconocimiento a la dedicación y al trabajo bien hecho a lo largo de estas 4 décadas.

Maria del Rosario Prieto

Fue este un momento para la emoción, como la que se vivió cuando se hizo entrega a Fernando Fuentes, subdirector general de la Fundación Pablo VI, de la placa que da nombre a uno de los espacios más queridos por los colegiales, la sala de juegos y televisión, donde comparten largas horas de descanso, ocio y conversación. El que desde hace más de 30 años acompaña y guía la vida del colegio, recogió la placa con un profundo agradecimiento y con la confianza puesta en estos jóvenes que son esperanza para la sociedad.

Fernando Fuentes

Como cada acto académico de clausura se hizo entrega de las becas de honor a los colegiales de tercer año por quienes tomó la palabra Hugo García, con un breve discurso de agradecimiento hacia todo el personal del colegio y de la Fundación Pablo VI: ser colegial del Pío es “un sentimiento de pertenencia a un grupo, un sentimiento de orgullo”, es mucho más que un lugar donde vivir y estudiar: “aquí se recibe una formación para la vida, una formación multidisciplinar”, dijo.

Distinciones colegiales

La última parte del acto estuvo destinada a la entrega de las distinciones colegiales a las delegaciones y colectivos que han destacado a lo largo del año, que esta vez fueron dirigidas al equipo de tenis de mesa por haber quedado subcampeones en el torneo de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid; a Borja de Carlos Díez como deportista del año; y a Fernando Costa, delegado de Solidaridad y Fe como la mejor delegación del año. El premio Ángel Herrera al mejor expediente del año se lo ha llevado el colegial Pablo Fernández Castillo de manos de Felipe Ruiz, presidente de la Asociación de Antiguos Colegiales del CMU Pío XII.

PabloFernandezCastillo

La clausura del acto corrió a cargo del director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, que quiso agradecer y felicitar a los colegiales y al equipo directivo por su compromiso y esfuerzo por el colegio, además de ensalzar las figuras de los homenajeados. Para terminar, les animó a mirar el futuro con esperanza, a pesar de que “tenemos que aprender a vivir en un mundo que cada vez tiene menos barandillas y que está lleno de fanatismo o indiferencia”. Un fanatismo que “se puede combatir con el conocimiento y la razón”.

Con este acto, que concluyó con el tradicional canto del Gaudeamus Igitur, queda inaugurado el 60 aniversario que se celebrará a lo largo del próximo curso.

Imposición de Becas colegiales